La próxima vez que escuchen la voz, les pide a los niños que bajen las escaleras. Se abren camino hacia el sótano con una linterna, pero pierde potencia y los hermanos se asustan en la oscuridad. Kevin no puede encontrar a Kaylee, pero cuando la linterna recupera su poder, está brillando directamente sobre ella, excepto que sus ojos y boca han desaparecido. A partir de este punto de la película, Kevin está solo en la casa, excepto por la entidad que anhela conectarse con él.
A medida que continúa intentando navegar por lo desconocido, más y más elementos continúan pegados al techo y las paredes. La voz vuelve a aparecer y esta vez se dirige directamente a Kevin por primera vez y le ordena que se duerma. Los juguetes continúan desapareciendo. Algún tiempo después, la voz se da cuenta de que Kevin juega con sus Legos y dice: «Quiero jugar». Sin embargo, Kevin parece ignorar la voz hasta que, tiempo después, le pide que se apuñale en el ojo. Su llanto infantil resuena por la casa después de que hace lo que le pide la voz. La televisión parece apagarse por completo poco después y, por un momento, parece que Kevin ve a Kaylee desde atrás sentada frente al televisor.
Ahora angustiado y con un dolor inmenso, intenta usar el teléfono nuevamente para llamar al 911 y, sorprendentemente, parece funcionar. El niño pequeño le dice al operador que se lastimó con un cuchillo y se siente enfermo, y la amable voz al otro lado del teléfono hace todas las preguntas que esperaría, indicándole a Kevin que se quede al teléfono hasta que llegue la ayuda. Cuando el operador pregunta por qué Kevin comienza a hablar en voz tan baja, y si alguien está en la habitación con él, Kevin le dice al operador que las puertas se han ido antes de que salga corriendo, asustado por algo en las sombras.
